Entrada al concurso de cuentos breves de Literatos | Otro día en el paraíso.
Otro día en el paraíso. by Mostrorobot . 240702
Luego de la muerte de cientos de millones por la oleada del Virus2, gobiernos lograron la supervivencia de la población aislando a los ciudadanos, en edificios de seguridad conocidos como Paraísos.
Suena la alarma al reloj marcar “06:00 am” en su pequeña pantalla digital. Por fin Martin abre los ojos, aunque lleva despierto un buen rato, solo se le permite levantarse a las seis en punto. Se incorpora y queda sentado en la cama, y mientras sonríe exclama con felicidad “otro día en el paraíso”, se levanta y da dos pasos hacia el espejo de pared, allí mira su rostro y su cuerpo, una voz femenina de tono neutral se escucha en la pequeña estancia “buenos días Martin”, se quita el pijama que consta de pantaloncillo y franela gris, Martin dobla las prendas y las guarda ordenadamente en el gavetero debajo de la cama, y dando otro par de pasos se dirige a…
La Caja de Aseo
Similar a las antiguas duchas, es un área de un 1,30 mts cuadrados y 2,50 mts de altura, llegando al techo. En lugar de vidrio está fabricada con plástico transparente. Una vez cruzada la puerta corrediza, Martin se sienta en un pequeño inodoro, y mientras hace sus necesidades fisiológicas presiona el botón de ducha, activando unos muy finos y breves hilos de agua que caen del techo, un reloj digital incrustado a uno de los lados inicia una cuenta regresiva “sesenta, cincuenta y nueve, cincuenta y ocho…”. Martin toma unas esponjas jabonosas y se apresura a limpiar con ellas todo su cuerpo lo más pronto posible, en el paraíso el agua es preciada y limitada. Cuando el reloj llega a cero se cierra el flujo del vital líquido, y una breve corriente de aire con vapor sopla sobre su cuerpo para ayudar a secarlo en un instante.
Al salir de la “caja de aseo”, la voz femenina vuelve a escucharse “hoy es el día 1368, día de laborar”, Martin feliz se posiciona desnudo en medio de la habitación y extiende sus brazos en forma de T, de las paredes unas luces proyectan unos leves rayos azules sobre su cuerpo, escaneándolo de pies a cabeza, una voz masculina se escucha “buenos días, Martin, tienes buena temperatura y condición física, continúa así”, Martin responde al aire “gracias Doc”. Se viste y luego de dar unos cuatro pasos se encuentra en el…
Área de Conexión
Esta zona de la habitación, es donde los habitantes del paraíso se conectan con los cuidadores. Es un área de de 2x2 mts cuadrados con una silla apuntando a una pared de acero. Martin se sienta y voltea a ver uno de los relojes digitales “6:20 am”, hora del desayuno. Al otro lado de la pared se escuchan carretillas rodando por los pasillos externos. De pronto la pared hace ruidos mecánicos, la mitad de abajo se desacopla y es removida por los cuidadores del pasillo, siendo sustituida por una mesilla que entra a la estancia de Martin, sobre esta se encuentra un plato con dos pastillas masticables y un vaso desechable con un líquido incoloro. Martin devora la primera pastilla, y mientras la mastica y saborea dice “hmmnn huevos fritos, deliciosos”, se apresura a masticar la segunda pastilla “ohhh, emparedado de pavo y queso amarillo, está riquísimo”, finalmente se bebe el líquido “y el café, espectacular como siempre.”
Hora de laborar
Cuando los relojes marcaron las siete en punto, la pared de acero volvió a ser removida, pero esta vez en lugar de la mesa de comida, se instaló en la “zona de conexión” una mesa de trabajo, con una gran cantidad de pequeñas piezas de plástico y metal en una caja y una hoja de papel con un dibujo impreso. Martin se acomoda en la silla, se estira, truena los dedos, mira el dibujo por un instante y comienza a seleccionar las piezas y a acoplarlas. Su trabajo consiste en armar chips siguiendo las instrucciones del dibujo que se le ha asignado. En menos de tres minutos ya tiene lista la primera, al cabo del día ya perdió la cuenta de cuantos construyó.
Fin del día
Luego de la cena, la voz femenina indica “hora de recreación”, Martin en su cama comienza a soñar con felices recuerdos falsos, proyectados en su mente a través de un chip implantado en su cerebro, y así va durmiéndose, mientras sonríe. Mientras tanto, en el mundo exterior, a kilómetros de distancia, un aerostático se mueve vigilante entre las nubes. En la cabina, un Capitán uniformado observa las cajas de chips recién llegadas, voltea al computador y lee una transcripción “nuevamente las fábricas han cumplido hoy con la cuota”. El Capitán sonríe observando a los edificios/fábricas mientras piensa “otro día en el paraíso”.
Fin
Mostrorobot
Imagen realizada con PicFinder por Mostrorobot
Un otro día en el paraíso, recordé en título de una canción. Nos describes como es la vida en un futuro post-apocalíptico, nada es como en el pasado añorado.
Gracias por compartir.
Excelente miércoles.
Gracias por tu comentario y apoyo friend. Éxitos!!!
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Leí el titulo y pensé: Señor, otra vez soy yo jajaja
Muy buena historia Mostro!
jajaja, graciasss
Estás aislado, no conoces a nadie, y tu vida es una rutina que consiste en levantarse, masticar pastillas, sentarte a armar chips sin saber que formas parte de una fabrica (o al menos esa impresión me generó con Martín)... En definitiva, una escena realista de un mundo donde la humanidad se encuentra tan aislada que parece no darse cuenta de sus circunstancias.
¡Excelente relato, mi estimado @mostrorobot ! ¡Saludos y que tengas un bonito día!
Vickaaaa gracias por tu lectura y opinión. thanksss. saludos!
El perfecto mundo apocalíptico. Todo está regulado desde lo que comes hasta lo que haces y como lo haces. No son humanos, son transhumanos.
Suerte en el concurso @mostrorobot
así es @katleya. muchas gracias por tomarte el tiempo de leerlo y por tu opinión y buenos deseos. thankssssss!!