Memories about my first job / Recuerdos sobre mi primer trabajo

When I was a little girl, I wanted to have my money separate from the allowance my dad gave me, and I looked for a way to produce it on my own.
At some point, I started making crafts to sell in my uncle's business during the holidays. I must have been 8 or 9 years old by then, although now that I think about it, it was actually my relatives who bought the merchandise from me since it wasn't anything special.

But my first real job actually started when I was five years old!
Back then, I was in preschool, but I wanted to have money, and one of the teachings from my father that I appreciate a lot is when he used to say, "You have to earn money, no one will give it to you." So, I had to come up with something to earn that desired compensation.
Of course, at that age, I didn't know much, and getting paid to do household chores wasn't an option for me until one day I took my mother's hair clips and started playing hair salon with my dad.
So every night, while my dad was lying down or watching TV, I would put hair clips in his hair, as if I was styling it. It wasn't much of a styling, but my dad went along with it, and in return, I would receive a bolivar (which is now worth absolutely nothing, but at that time it had great value).
I usually did this job two to three days a week, and I would save up that money so that when Saturday came, I would go out with an aunt who lived with us, and we would go to a hardware store located a few meters from where we lived, where I could buy whatever I wanted.

That's how I started my first collection, making purchases of pens, colors, notebooks, and very cheap toys that I didn't use for writing or playing, but they made me happy.
Being able to have those little treasures in a corner of my room was almost like an ode to the trophies from my "work"; that's where I started to develop a love for the craft. Later, my dad would buy me candies that I would sneak into my lunchbox and sell to my classmates. Sometimes I ran out quickly because I could sell them fast.
Through this exercise, my dad, who was a public accountant, was teaching me some of his work: inventory management, capital recovery, investments, costs, and more. It was simple, but it was all with the intention of educating me financially.
The most beautiful thing is that many years later, I did the same with my eldest son, whom I gave the first push to start his candy-selling micro-business during recess. It was as if, through me, my deceased father was educating his first grandchild.

After that, I did many more things before starting to work formally, but all those learnings from my entrepreneurial endeavors served me well in some moments of my professional life.

Cuando era una niña, quería tener mi dinero aparte de la mesada que me entregaba mi papá, y buscaba de alguna manera producirlo por mi propia cuenta.
En algún momento, comencé a hacer manualidades para vender en el negocio de mis tíos durante las vacaciones. Tendría yo para entonces 8 ó 9 años, aunque ahora que lo pienso eran ellos mismos quienes me compraban la mercancía, pues no eran nada del otro mundo.

Pero realmente mi primer trabajo comenzó cuando tenía cinco años!
En aquel momento estaba yo en preescolar, pero quería tener dinero, y una de las enseñanzas de mi padre que agradezco mucho, es que él decía "el dinero se gana, nadie te lo va a regalar", por lo tanto, debía ingeniármelas para hacer algo que me trajera esa compensación tan deseada.
Por supuesto, a esa edad no sabía hacer mucho, y pagarme por hacer las obligaciones de casa no era una opción para mí hasta que un día agarré las pinzas de pelo de mi madre, y comencé a jugar a la peluquería con papá.
Así que cada noche, mientras papá estaba acostado o estaba viendo televisión, yo le colocaba las pinzas en su cabello, como si le estuviese haciendo un peinado. Realmente no le hacía mayor cosa, pero mi papá se dejaba, y de pago yo recibía un bolívar (que ahora no vale absolutamente nada pero en aquel momento sí tenía un gran valor)
Generalmente hacía ese trabajo dos tres días a la semana, e iba reuniendo ese dinero, de manera que cuando llegaba el sábado, salía con una tía que vivía con nosotros, y nos íbamos a una quincallería ubicada a pocos metros de donde vivíamos, en la que podía comprar lo que yo quisiera.

Fue así como empecé mi primera colección, haciendo compras de lapiceras, colores, libretas, y muñequitos muy económicos, que no usaba para escribir ni jugar, pero que a mí me hacían feliz.
Poder tener esos pequeños tesoros en algún lugar de mi habitación, era casi una oda a los trofeos producto de mi "trabajo", desde ahí empecé a agarrar el amor al oficio. Luego papá me compraba dulces que llevaba a escondidas en mi lunchera y vendía a mis compañeras de clases. A veces me faltaban más pues los lograba vender muy rápido.
Con ese ejercicio, papá, quien era contador público, me enseñaba parte de su trabajo: manejo de inventario, recuperación de capital, inversiones, costos, y demás. Era algo simple, pero todo fue con la intención de educarme financieramente.
Lo más lindo es que muchos años después, yo hice lo mismo con mi hijo mayor, quien recibió de mi el primer empujón para hacer su micro empresa de venta de golosinas en las horas del recreo. Era como si a través de mi, mi padre fallecido educaba a su primer nieto.

Posterior a esto hice muchas más cosas, hasta comenzar a trabajar formalmente, pero todos esos aprendizajes de mis emprendimientos me sirvieron de mucho en algunos momentos de mi vida profesional.
Foto/Photo by: @mamaemigrante
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
Translated and formatted with Hive Translator by @noakmilo.
Subscribe text by Text effect
Posted Using InLeo Alpha
Así es Marlu, siempre que comenzamos a vender cositas de pequeños, los que más nos compran son familiares jaja.
Que bueno que tú papá te haya dado esa educación financiera y luego tu hicieras lo mismo con tu hijo 💕
Que bonito lo que dices al final, tu papá donde quiera que esté debe sentirse muy feliz por lo que te enseñó a ti y tu a tus hijos. @mamaemigrante ❤️
Por cierto nunca he mencionado cual fue mi primer trabajo y adivina, también fue con la cabeza de mi papá, llegaba tan cansado que le gustaba que le acariciara la cabeza así se quedaba dormido y me pagaba por cada cana que le sabaca 😆, como cada día tenia la cabeza más blanca, yo pensaba que era mi mina de oro, y que me convertiría en millonaria.
Me pagaba bastante, eso sentía yo, pero mi mamá me dañó el emprendimiento, y me lo prohibió 🤣🙈.
Congratulations @mamaemigrante! You have completed the following achievement on the Hive blockchain And have been rewarded with New badge(s)
You can view your badges on your board and compare yourself to others in the Ranking
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word
STOP
Check out our last posts:
Me encanta ese muñequito del frasco. Imagino que esos son los que son pequeñitos y los metes en agua y crecen... La verdad es que yo nunca experimenté las ventas para ahorrar ni para ganar plata. Lo que hacía era gastar el dinero del pasaje, que era un real, ida y vuelta del autobús, para comprarme un santiago. Sanguche de pan con mortadela, Giacomelo y tomates a la hora de salida. Abrazos y cariños amiga.💛💙❤️😢.
Uff! esos sanduchitos eran divinos. A mi me ponían en 3 y 2 entre esos y los tequeñones con malta.