Resignificando una pérdida. Agradeciendo el aprendizaje.

Buen día, amigos y amigas de Holos&Lotus.

Ya comenzaron oficialmente las jornadas de levantarse súper temprano para enviar a los niños a la escuela, lo que me deja algo más de tiempo, para seguir creando contenido junto a ustedes. Esta vez me llamó la atención la propuesta de @apineda, quién con una palabra "Resignificar" nos invita a compartir nuestra experiencia con aquel o aquellos eventos de nuestras vidas, que de alguna forma nos hayan resultado dolorosos o negativos y que al mirarlos desde otro punto de vista logramos darles un nuevo significado.

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La resiliencia es una capacidad que admiro mucho y que, quizás como venezolanos, hemos aprendido a practicar y a mejorar. Ser capaces de adaptarnos y de reinventarnos es una cualidad increíble. Considero que resignificar un suceso en nuestras vidas, forma parte de ser resiliente.

Resignificando una pérdida. Agradeciendo el aprendizaje:

En estos 45 años que llevo experimentando, he vivido muy feliz. Mi niñez, mi adolescencia y mi adultez han estado acompañadas de momentos felices y agradables. Sin embargo, no me he escapado por completo de algunas malas experiencias. Eso es inevitable, porque la vida viene con todos sus juguetitos, para experimentar y entre ellos los eventos desagradables se presentan inevitablemente. La cuestión está en verlos desde puntos de vista que me reconforten, me beneficien y no me dejen traumas que me carcoman por dentro. Para mí eso es resignificar.

Durante casi 11 años, mi esposo y yo, estuvimos intentando quedar embarazados. Pasaban los años y se iban acumulando los negativos, unos tras otro. Después de conocer a diferentes médicos y de aplicar varias estrategias y tratamientos, un día por fin recibimos la noticia que con tanto anhelo esperábamos. La dicha nos envolvió y esa sensación de que todo en el mundo es bello y perfecto, nos acompañaba diariamente. Hasta que tres meses después, se vino el acabose y perdimos al bebé. Me realizaron un legrado y allí quedó todo. El mundo se pintó de gris y los sonidos se hicieron roncos y desafinados.

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Aquel dolor es el más fuerte que he experimentado en mi vida. Aunque he perdido familiares a causa de fallecimientos, aquella sensación de pérdida me taladró en todos los sentidos.

Pero aquella batalla perdida, me inspiró a seguir luchando. Ya lo había logrado, por fin, me reconocí fértil, capaz de traer niños al mundo. Entonces, gracias a la atención de una excelente endocrinóloga, descubrí que mi tiroides estaba trabajando en niveles bajos, es decir tenía hipotiroidismo y por eso mi cuerpo no sabía qué hacer para mantener un embarazo. A eso se le sumó que tenía resistencia a la insulina, condición que se agravaba con el embarazo.

Comencé el tratamiento para mejorar mi producción y función hormonal y aprendí a cuidarme desde el punto de vista alimenticio, para preparar a mi cuerpo. Cinco meses después estaba embarazada de nuevo, ahora más sana, equilibrada y cuidándome mucho. Mi hija llegó al mundo en perfectas condiciones y después de ella cada tres años se repitió la historia con mis hijos menores.

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Soy madre de tres y es el título más bonito que ostento orgullosa. Aprendí a cuidarme, alimentándome mejor y logré equilibrar mi sistema hormonal. Aquel momento que en su día fue desagradable para mí, fue una experiencia de aprendizaje con mayúsculas. Comprendo que aquel bebé que no llegó a nacer, vino para mostrarme que debía aprender a cuidarme para que pudieran nacer sus hermanos. Estoy muy agradecida por su sacrificio y siempre valoraré el hecho de que me haya elegido para abrir las puertas de este presente tan bonito que vivo y disfruto junto a mis hijos.

Resignificando lo sucedido, sé que gané. No fue una pérdida, porque gané tres veces el mejor de los regalos.

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Hermoso texto que lleva a agradecer por todo. Fue muy difícil ese momento y ahora,visto a la distancia, era necesario para todo el aprendizaje ganado. Abrazo, hija.

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Así es. Ahora al verlo desde aquí, siento que la recompensa es inmensa. Abrazos Má.

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Me ha correspondido, por cuestiones de trabajo, e incluso cuando estaba estudiando, estar en esos momentos donde una madre pierde un hijo, es algo emocionalmente muy duro de presenciar, no imagino lo duro que debe ser vivirlo. Pero como bien dice, tuvo la oportunidad de valorar su salud, de atinar a saber que había algo hormonal que debía regular para que su cuerpo pudiera concebir, y lo logró. Felicidades por eso.

Ver las malas experiencias, las más dolorosas en perspectiva, ayuda a que veamos de manera diferente lo vivido, y aunque fue doloroso en su momento, le permitió reenfocar su vida, su salud, y mucho más. Gracias por participar.

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Dios ha sido muy bueno y recompensó con creces aquel desagradable momento. Gracias por la propuesta, es un ejercicio de autorreflexión que me gustó realizar.

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