Saludos a todos, amigos y amigas de Holos & Lotus.

¡Qué grandes son los columnistas de Holos & Lotus! ¿Se habían dado cuenta de eso? En esta comunidad contamos con un grupo maravilloso de seres humanos que nos mantienen en crecimiento personal constante, y que aunque no lo crean, nos ayudan muchísimo en nuestro caminar por la vida. Uno de esos personajes embajadores de bienestar es @emiliorios, quien, como es su costumbre, nos trae un tema que es una nueva oportunidad de agradecer.

¡Mi amigo, mi Mejor Terapeuta! -Necesitamos tener con quién hablar- ¿Y tú, con quién te desahogas?

Ese es el título que sirve de aperitivo a todo el banquete de aprendizaje, sobre nosotros mismos. Para seguir creciendo, para conocernos mejor y para buscar soluciones que nos ayuden en el avance de nuestros pasos por el camino llamado vida. Hoy como que estoy muy poética.

Este tema me gusta mucho porque me ayuda a reconocer ¿Con quién cuento? y me alegra también observar que hay muchos que pueden contar conmigo.

Mi familia:

Mi mamá, mi papá, mis hermanos, mi hermana, mi cuñada y sobre todo mi esposo. Son un equipo de terapeutas que muchas veces son también mis pacientes. Juntos formamos una tribu donde la palabra no está escondida. Con ellos me siento en confianza de conversar las situaciones que me aquejan, me preocupan, me sorprenden, y las que me animan, me alegran y me entusiasman.

Con mi mamá tengo una conexión especial. Es mi mamá, y me conoce, pero lo mejor de todo es que siempre tiene las palabras adecuadas para aliviar mis angustias. Seguramente es porque es mamá, pero para mí lo que me diga mi mamá, siempre me ayuda.

Mi papá es como un libro lleno de sabiduría y son muchas las veces en las que con sus palabras me guía y me ayuda a volver al carril.

Mi hermana, podría decirse que es mi terapeuta particular. Y yo la de ella. Siempre escucha audiolibros y lee sobre temas de auto crecimiento personal. Me gusta mucho que cuando algo me preocupa y se lo consulto, ella atina con la frase o la solución que me hará sentir mejor. Y lo mismo le pasa a ella conmigo. Es una ayuda recíproca.

Mi hermano (el que me sigue en el orden por nacimiento) es todo un cúmulo de experiencias, aun cuando es menor que yo. Siempre encuentro en él ese apoyo y esas palabras que me impulsan y me animan.

Mi hermano menor es como un filósofo. Se inspira a hablar y a desgranar cada situación hasta llegar al meollo del asunto. Él fue quien me presentó los libros de Louise Hay. Con él aprendí mucho sobre los mensajes que nos envía nuestro cuerpo. Pero lo que más disfruto de sus terapias, es la terapia de la risa. ¡Qué sabroso es reírse de sus ocurrencias! Con esas jornadas de puras carcajadas te recargas y te recuperas de lo que sea.

Mi cuñada, es otra hermana para mí. Es una gran amiga que sabe escuchar y que te da hermosos consejos. Me gusta escucharla también y dar desde mis posibilidades el apoyo que ella necesita.

Y mi esposo... mi esposo... qué les puedo decir, es mi mejor terapeuta en el mundo mundial. Es quien mejor me conoce y quien pacientemente escucha mis ideas, opiniones, creaciones, locuras, inventos, aspavientos, sustos, miedos, tristezas y más. Él dice que yo soy su roble, pero lo que él no sabe es que mi Baobabs gigante, mi mejor refugio y donde me abrigo para recargar fuerzas y seguir adelante.

Mis amigos:

Tengo muchos, pero muchos conocidos, sin embargo amigos, de esos amigos confidentes, tengo unos 6 creo. Y de esos 6, cuatro son mis terapeutas y yo los suyos. Dos son mujeres y dos hombres. Sí, tengo amigos hombres, con quien hablar se hace fascinante y en donde también consigo apoyo, luces y guía para avanzar.

Siempre nos hablamos por teléfono y nos mantenemos en contacto. Hablamos y conversamos mucho y sé que cuento con ellos para lo que necesite. Y por su puesto ellos cuentan conmigo, siempre, siempre.

Sin embargo, mis mejores terapeutas están en mi familia. Hoy mismo los necesité y ahí estuvieron dándome un espaldarazo. Los amo inmensamente.

Gracias por su amable lectura.