Una vez mas quiero participar en esta comunidad pues me parece muy interesante la temática de las lagrimas, asi que estare preparando mi historia acerca de los diferentes momentos de mi vida donde cada lagrima sirvio para fortalecerme.

Imagen de ArtSpark

A lo largo de mi vida, me encontraba en diferentes etapas de crecimiento y aprendizajes, unos más fáciles, mientras que otros muchísimos mas dificiles, en este ocasion podre contar la historia de los diferentes tipos de lágrimas.

En algun momento, hace muchos años atravese una muy dificil separación con el padre de mi hija. En ese entonces, apenas tenía a mi única bebé, la pequeña Kristina, en mis brazos y sentía que la situación que pasaba me estaba ahogando, no me quedaban fuerzas. Por las noches, mi habitación se convertía en un lecho de llanto. Me quebraba delante del Señor, inundando mi cama con lágrimas, como lo expresa el Salmo 6:6.

Fue un tiempo difícil, un tiempo donde me quebré en mil pedazos, pero hoy pienso que fue necesario. Porque en medio de esa ruptura, comencé a conocer cómo Dios, fui cambiando mi vida. Así me sentía: rota por dentro, sin energía, sin esperanza.

Imagen de Maria Luiza Melo

Sin embargo, durante el día, mostraba otra versión de mí. Era la Cristal fuerte, la profesional que resolvía casos penales con firmeza, que se desenvolvía en ambientes penitenciarios. Nadie imaginaba que mi realidad, al caer la noche, es que la misma mujer rompía a llorar hasta inundar su lecho hasta quedar sin fuerzas. Estas dos versiones en un mismo momento, me enseñó que muchas veces las lágrimas no se ven, pero están presentes, acompañando silenciosamente los procesos de cada persona, son como heridas que, con el tiempo, tienen que ir sanando hasta convertirse en cicatrices. Pero cada lágrima fue necesaria para ayudar en ese tiempo de sanación.

A pesar del dolor, algo comenzó a cambiar. En medio del quebranto, decidí que no me quedaría en el hoyo de la desesperacion. Así fue como me determiné a ser firme delante del Señor, a iniciar una nueva vida, a permitir que los cambios se manifestarán en mí. Fue entonces cuando el Salmo 126:5 cobró vida en mi vida:
“Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.”
Comprendiendo que mis lágrimas eran como pequeñas semillas, que el llanto no era el final, sino el inicio de muchos cambios.
Es que definitivamente se puede danzar con gozo aún llorando. Este tiempo fué necesario para que la herida deje de sangrar, pueda crear la costra, hasta solo dejar el rastro de una cicatriz pero limpia y sana, es como danzar en fe y esperar el cambio.

Imagen de joseph_Berardi

Con el paso del tiempo, esa semilla, es decir cada lagrima comenzó a dar fruto. Hoy, han pasado más de quince años, puedo ver a mi única hija convertida en una joven responsable, estudiosa y llena de vida. Así que veo el pasado, y recuerdo que mis lágrimas ya no son de tristeza, sino de alegría, de satisfacción y crecimiento. Ese que las lagrima son el preambulo a la victoria, te prepara, que ayudaran a recordar el camino recorrido, que dan testimonio de que Dios transforma el dolor en gozo. Como lo dice en 2 Timoteo 1:4:
“Al acordarme de tus lágrimas, siento el deseo de verte para llenarme de alegría.”

Así, mi historia se convierte en un valle de lágrimas, donde podemos encontar de diferentes tipos:
Las de dolor: son las que brotan de nosotros cuando el alma se quiebra, es alli donde nos rendimos a Dios y dejamos que Él actúe.

Las lagrimas de gozo: vienes luego que elegimos cambiar El rumbo de nuestra vida, creemos a pesar que no vemos, y cuando el resultado llega a nuestras vidas podemos ayudar a otros con el testimonio.

Vivir no es fácil, la vida nos exige tomar decisiones, muchas veces dejando a un lado las emociones y no siempre medimos las consecuencias. No siempre elegimos bien, pero cada decisión nos enseña. Lo importante es asumir, aprender y avanzar. Porque detrás de cada lágrima hay una historia, y detrás de cada historia hay una oportunidad de restauración.

Imagen de Marcella Soáres

Gracias por permitirme escribir una historia que no se basa en lagrimas, sino en aprendizaje, en cambios que fueron necesarios para llegar a conocer que hay un Dios grande que nunca nos desampara.

ENGLISH (click AQUI!)

Once again, I would like to participate in this community because I find the topic of tears very interesting, so I will be preparing my story about the different moments in my life where each tear served to strengthen me.

Image from ArtSpark

Throughout my life, I have been through different stages of growth and learning, some easier than others, while many were much more difficult. On this occasion, I will tell the story of the different types of tears.

Many years ago, I went through a very difficult separation from my daughter's father. At that time, I had just my only baby, little Kristina, in my arms, and I felt that the situation I was going through was suffocating me. I had no strength left. At night, my room became a bed of tears. I broke down before the Lord, flooding my bed with tears, as expressed in Psalm 6:6.

It was a difficult time, a time when I broke into a thousand pieces, but today I think it was necessary. Because in the midst of that breakup, I began to know God, and I began to change my life. That's how I felt: broken inside, without energy, without hope.

Image by Maria Luiza Melo

However, during the day, I showed another side of myself. I was the strong Cristal, the professional who resolutely solved criminal cases and worked in prison environments. No one imagined that when night fell, the same woman would break down and cry until her bed was flooded and she was left without strength. These two versions of myself at the same time taught me that tears are often unseen, but they are present, silently accompanying each person's processes. They are like wounds that, over time, have to heal until they become scars. But every tear was necessary to help in that time of healing.

Despite the pain, something began to change. In the midst of the heartbreak, I decided that I would not remain in the pit of despair. That is how I determined to stand firm before the Lord, to start a new life, to allow the changes to manifest themselves in me. It was then that Psalm 126:5 came to life in my life:
"Those who sow in tears will reap with songs of joy."
I understood that my tears were like little seeds, that crying was not the end, but the beginning of many changes.
It is definitely possible to dance with joy even while crying. This time was necessary for the wound to stop bleeding, to form a scab, until only a clean and healthy scar remained. It is like dancing in faith and waiting for change.

Image by joseph_Berardi

As time passed, that seed, that is, each tear, began to bear fruit. Today, more than fifteen years later, I can see my only daughter has become a responsible, studious young woman, full of life. So I look back on the past and remember that my tears are no longer tears of sadness, but of joy, satisfaction and growth. Those tears are the prelude to victory, they prepare you, they help you remember the journey you have travelled, they bear witness to God's transformation of pain into joy. As it says in 2 Timothy 1:4:
"When I remember your tears, I long to see you so that I may be filled with joy."

Thus, my story becomes a valley of tears, where we can find different types:
Tears of pain: these are the ones that spring from us when our soul is broken, it is there that we surrender to God and let Him act.

Tears of joy: these come after we choose to change the course of our lives, we believe even though we cannot see, and when the result comes into our lives, we can help others with our testimony.

Living is not easy. Life requires us to make decisions, often putting our emotions aside and not always weighing the consequences. We do not always choose well, but every decision teaches us something. The important thing is to accept, learn and move forward. Because behind every tear there is a story, and behind every story there is an opportunity for restoration.

Image by Marcella Soáres

Thank you for allowing me to write a story that is not based on tears, but on learning, on changes that were necessary to come to know that there is a great God who never forsakes us.

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This story is original created by @crisch23, exclusively on hive in the Empower Talent community, deepl was used as translator.

Esta historia es original creada por @crisch23, exclusivamente en hive en la comunidad de Empower Talent, se usó deepl como traductor.