La otra cara de la mentalidad fuerte
Hace unos días leí un artículo interesante que habla del miembro psicológico fuerte de una familia, algo en lo que de alguna manera había pensado en un momento, pero que no le había dedicado tiempo a investigar, a leer, y me resultó de bastante provecho en muchos sentidos, por eso quiero comparir algunas cosas con ustedes.
Generalmente, al referirnos a una persona con una mentalidad fuerte solemos pensar que es un rasgo que solo suma cosas positivas a quien la posee, y mucho más en la actualidad cuando se habla mucho de "la generación de cristal", entonces lograr tener una mentalidad que tolere, que soporte presiones sin derrumbarse, puede ser una gran virtud, y de cierta forma lo es, no podemos decir que no, pero esto puede tener otra expresión que, tal vez, no es tan conveniente.

Todos hemos visto esas personas que no se afectan fácilmente ante las realidades duras y complicadsa, y decimos o pensamos "es como si no tuviera sentimientos", y he aquí un primer punto, personas que durante su progreso de crianza aprendieron, o por obligación, tuvieron que volverse esa persona fuerte mentalmente de su familia, que era esa persona a quien buscaban para drenar, para tenerlo como soporte, lo más probable es que tuvo que aprender a hacer a un lado los sentimientos, a distanciarse, y esto básicamente va en contra de lo que es la humanidad.
Puedo decirlo por experiencia propia, porque en gran medida me tocó asumir esa carga, porque termina siendo eso, una carga, aunque en primera instancia no lo podamos ver. Y en su momento consideré que sentir era mostrar debilidad, ¿pueden creerlo?, sentir, una acción básica humana, y evitaba hacerlo, siempre intentaba aplicar la razón y la lógica a todo, me distanciaba para no compenetrarme y obviamente, no mostrar ninguna "debilidad".
Con el paso del tiempo y a través de ciertas vivencias, terminé de entender que esa aparente fortaleza no era más que una coraza, una máscara, que aunque podría protegerme, también me alejaba de vivir en realidad. Porque cuando uno se niega a sentir, también se niega a experimentar lo bueno, lo que realmente nos conecta entre las personas. Y eso, tarde o temprano, empieza a pasar factura de formas que uno no imagina.

Por eso cuando mientras buscaba algunos artículos para lectura, me encontré con esto de "la mentalidad fuerte" pero desde otro punto de vista, me sirvió y me sumó, porque, como lo dije antes, podemos encontrar videos, artículos y más similares que enfoquen el tema como si esa debería ser la búsqueda, y no digo que uno deba andar sufriendo por todo, porque no nos serviría de nada tampoco, debemos buscar ese equilibrio, y definitivamente no siempre vamos a poder hacerlo solos, la ayuda profesional aquí ayuda mucho.
Hay una tendencia a ir a los extremos, por un lado, personas que son muy sensibles y terminan teniendo una vida muy complicada emocionalmente porque todo les afecta, pero en el otro extremo tenemos a quienes se deshumanizan para "evitar sentir", lo cual tampoco es algo que sea sano.

Y en medio de esos dos mundos, que parecen lejanos entre sí, estamos muchos tratando de aprender a regularnos, a entendernos, a no castigarnos por sentir “demasiado” ni a enorgullecernos por sentir “tan poco”. Ese equilibrio no llega de un solo golpe, por el contrario, y ahí está la parte complicada, se construye paso a paso.
La educación emocional debería formar parte de lo académico, que esté como algo muy importante en las escuelas, liceos y universidades, porque es necesario que todos estemos conscientes de esto, y de que el equilibrio en lo emocional sea la norma y no la excepción. Me gustaría saber que piensan sobre este tema, les deseo a todos una bonita semana
