Cuidar la energía emocional también es salud

Es un hecho de que somos más que un cuerpo que funciona a partir de la unidad y coordinación de diversos sistemas orgánicos, somos más que eso, incluso con los ojos cerrados podemos percibir cosas, eso que llamamos energía, y aunque sea difícil de medir, sabemos que existe, lo podmeos percibir cuando nos encontramos con alguien que nos agrada, o por el contrario, que no nos genera esa confianza, sin embargo, la energía no es algo que siempre cuidamos, y pienso que deberíamos considerarlo algo sumamente importante para nuestro bienestar, pensando desde la integralidad del ser humano.


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Imagen de talipozer | Pixabay

Cuidar la energía emocional no es algo de lo que normalmente hablemos todos los días, lo tengo claro. Suena hasta raro, como intangible, pero es algo que se siente. Se siente cuando se va, cuando te la drenan, cuando algo no cuadra por dentro y uno no sabe muy bien qué es, es algo intuitivo, quizás primitivo. No se ve, no se mide, pero si que pesa cuando se agota. Yo siempre he pensado que así como uno cuida el cuerpo, la mente, incluso la apariencia, también habría que aprender a cuidar eso que no se ve, pero que es lo que nos mantiene funcionando, y con ganas.

Me ha pasado, y sé que no soy el único, que por quedar bien con alguien o por evitar conflictos, terminamoss cediendo tiempo, atención, energía... todo. Y uno no se da cuenta en el momento, es cómo si esa persona que se está descargando de su peso te quitara toda la energía, solo se centra en eso, pero uno intentado ser cordial, sigue ahí, escuchando. A veces es gente con actitudes pesadas, otras veces es uno mismo, que se exige como si fuera una máquina. Hay que hacer, rendir, cumplir, y sé bien que esto tiene que ver con este tema de la productividad tan sonado de estos días, pero no se puede todo al mismo tiempo, ni con todos, y tampoco todo el día, sólo somos humanos.


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Imagen de xxolaxx | Pixabay

A medida que pasan los años he aprendido que decir “no” no es una grosería. A veces es lo más honesto y lo más sano, pensando en neustro bienestar. Porque si uno no se cuida, ¿quién?, sé que poner límites suena sencillo, fácil, pero requiere algo muy imporantante, y es tener claro cuánto vale tu paz. Y sí, eso también es energía emocional: paz, calma, capacidad de responder sin estallar, de no tomarnos todo personal, de estar presente, son cosas que podemos hacer a diario, que lo mejor es hacerlas de manera consciente.

Otra cosa de lo que he estado más consciente es que el entorno cuenta, y mucho. La gente con la que te rodeas tiene un impacto directo en cómo te sientes. Hay personas que te generan una sensación muy agradable, sin siqueira tocarte, pero también hay quienes te dejan como un vacío solo con hablar cinco minutos. Es importante estar con quienes te escuchan, y no me refiero a relacionarnos solo con personas que estén de acuerdo con nosotros, porque eso no siempre pasa, pero aun así, sin estar de acuerdo, nos podemos escuchar, lo improtante es permitirnos ser.


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Y también hay algo que, aun sin relacionarnos con otras personas, es algo que nunca para, esa voz interna. Esa que a veces parece más juez que compañero. Puede llegar a ser muy dura, muy exigente, he incluso fastidiosa. A mí me ha costado aprender a hablarme bien, reconocer mis esfuerzos sin ponerle un “pero” al final. Uno también necesita ese espacio propio donde no hay que demostrarle nada a nadie, ni siquiera a uno mismo. Debemos aprender a hablarnos, esto es indiscutible, porque somos nosotros mismos quienes siempre estamos con nosotros.

Últimamente, he intentado regalarme momentos de silencio, así de simple, algunas cosas básicas, que no implican un gasto y que están al alcance de cualquier persona, como slir a caminar sin rumbo, leer sin culpa, tomarme un café y mirar por la ventana. Es impresionante cómo cosas tan sencillas pueden recargar algo tan invisible como la energía emocional. Y si a eso le sumas dormir bien, comer decente y moverte un poco, la mente lo agradece. Lo he sentido, ¿y tu?

Cierro diciendo que cuidarse no es aislarse, ni vivir con miedo, ni hacerse el fuerte todo el tiempo. Es más bien saber cuándo debemos parar, cuándo debemos desconectarnos, y sobre todo, cuándo volver a uno mismo (IMPORTANTE). La energía emocional no se ve, pero sí debe cuidarse, esto no debería ser negociable.




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