Cuando guardar silencio se convierte en una carga

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Creo que todos, en algún momento de la vida, hemos aprendido a callar lo que sentimos. No porque sea algo que nos guste hacer, sino porque el entorno, la educación y hasta ciertas experiencias dolorosas nos han llevado a pensar que guardarnos las emociones es la opción más segura, ¿pero eso es realmente así?. Recuerdo que, desde pequeños, muchas veces, cuando intentábamos expresar enojo, tristeza o frustración, lo primero que escuchábamos era un “no digas eso”, “no llores”, “no exageres” o "compórtese como un hombrecito", esto último en el caso de los niños.

Y así, sin darnos cuenta, fuimos entendiendo que había emociones que era mejor no mostrar, que podían incomodar o generar conflicto. El problema es que aunque esto parezca un mecanismo de defensa muy válido, a largo plazo puede jugar en contra de nuestra salud emocional y mental, seguro que ya algunos lo han experimentado.


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Imagen de MabelAmber | Pixabay

Hace poco conversaba con un amigo sobre este tema. Él me decía que en su trabajo, por ejemplo, prefiere no opinar sobre ciertas decisiones que no le parecen correctas, porque teme que eso le cierre oportunidades. Yo le entendí, porque muchas veces yo mismo he hecho lo mismo, ya sea en el trabajo, en la familia o con amistades. Sin embargo, el punto que discutíamos es que, si siempre callamos, si nunca decimos lo que pensamos, empezamos a acumular una especie de peso interno que no tardará en pasarnos factura, y se expresa al paso del tiempo como ansiedad, estrés, incluso dolores físicos, todo esto puede estar ligado a todo eso que decidimos no expresar por miedo o por costumbre, y la verdad, esto no tiene lógica.

Ahora bien, no se trata de ir por la vida diciendo todo lo que pensamos sin filtro, porque eso, además de no ser saludable, puede ser irrespetuoso , y podemos herir a las personas. De lo que hablo es de encontrar ese punto medio en el que podamos decir lo que sentimos con sinceridad, pero también con respeto. Ese equilibrio es el punto que deberíamos buscar, es importante, porque no se trata de desahogarnos a costa de lastimar a los demás (considero que podría ser una postura egoista), sino de comunicarnos de forma que el otro pueda recibir nuestro mensaje sin sentir que es un ataque.


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Imagen de StockSnap | Pixabay

Muchas veces nos justificamos diciendo que “es mejor callar para evitar problemas”, y es cierto que en algunas situaciones específicas es mejor guardar silencio y esperar un momento más adecuado para hablar. Pero si esto lo ocnvertimos en nuestra forma constante de actuar, terminamos desconectándonos de lo que realmente pensamos y sentimos. Al final, esa especie de autocensura constante termina moldeandonos, hasta convertirnos en algo que no somos.

En lo personal, creo que expresar lo que sentimos, cuando lo hacemos de forma correcta, es un acto de autocuidado. Es darle más importancia a nuestras necesidades, a nuestras inconformidades y también a nuestras alegrías y salud mental.

Porque hay un detalle, callar no solo aplica para lo negativo. muchas veces también nos guardamos palabras de afecto, o de gratitud, o de reconocimiento hacia otros, asumimos que es algo que “ya lo saben” o que “no es necesario decirlo”. Y, en realidad, sí es necesario.


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Imagen de wal_172619 | Pixabay

Encontrar ese equilibrio entre hablar y callar es algo que debemos estar aprendiendo de manera constante, amerita de una auto-observación constante, de pensar y observar las palabras que usamos y el tono en que lo decimos. Pero además se necesita valentía para asumir que aunque a algunos no les guste lo que tenemos para decir, es nuestra verdad y tenemos derecho a expresarla, pero eso si, lo importante es hacerlo sin perder el respeto hacia los demás, y tampcoo hacia nosotros mismos.

Creo que, si logramos esto, no solo cuidamos nuestra salud emocional y mental, sino que también podríamos mejorar nuestras relaciones porque nos basamos en la transparencia. Sin embargo, sé que hay quienes no les gusta este nivel de honestidad, y sé que podría hacer que algunas personas se alejen, así hayamos intentado hablar desde el respeto máximo, pero es así, las relaciones humanas son complejas.

Pero algo si tengo muy claro, es necesario que vivamos manteniendo una coherencia entre lo que decimos, pensamos, y queremos, porque de no ser así, en lo emocional, podríamos enfrentar grandes problemas. ¿Qué piensan en relación a este tema, han tenido algún conflicto interno o con otra persona, bien sea por callar y no expresarse, o por "hablar" sin filtro?




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Es real lo que describes, se necesita un equilibrio entre lo que decimos y callamos y además en que momento lo hacemos. No hay una regla, no hay un método, creo que todo depende de las circunstancias y de nuestras estrategias aprendidas. Lo cierto es que ahora callo más, a veces las palabras sobran y los hechos son suficientes. La mentira viene por las palabras, entonces no suelo abusar de ellas... Creo que lo que en realidad no escatimo es en la palabra escrita, pero en la hablada, lo indispensable para algunos.

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Guardar silencio en algunos momentos definitivamente puede ser lo mejor, porque las palabras pueden sobrar, la gente también entiende por gestos, Pero de una manera u otra nos entenderán.

Lo que si creo que es necesario es saber que hay momentos en los que debemos hablar si o si, y tengamos el valor de expresarnos, sin miedo, con respecto, pero hacerlo.
Agradecido por el comentario.

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Hemos sido educados en el callar, obviar, nuestras emociones, cuando lo propicio es validarlas. Muy interesante su post doctor.

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Muchas gracias por el comentario.
Si, hay muchas cosas en nuestra educación que debemos aprender a desaprender, sin duda alguna. Bonito día.