Otro escenario bastante común sucede en casa. Imagina que llegas cansado después de un largo día y te encuentras con una discusión familiar (en caso de qu evivas con otras personas) o un inconveniente que no esperabas (como una tubería rota, por ejemplo). En estos casos podría ser fácil caer en una espiral de preocupación o de rabia. Pero también es importante recordar que las personas que están en casa contigo son las que te apoyan, entonces, en lugar de alimentar el conflicto, podrías pensar en los buenos momentos compartidos y en cómo esos lazos son más importantes que las tensiones del momento. Cerrar el día con un pensamiento positivo nos recarga para el siguiente. Esto parece una tontería, pero no lo es, ya que condiciona a nuestra mente a que lo positivo sea lo útlimo que pase como idea.

Hya una realidad, los problemas son inevitables, pero nuestra reacción ante ellos es lo que define nuestra energía. Si nos pasamos el día preocupados por todo lo que está mal, nos quedamos sin fuerzas para disfrutar lo que está bien. Sin embargo, si hacemos el esfuerzo consciente de notar lo positivo, le damos a nuestra mente el descanso que necesita para estar en su mejor estado.

Quería compartir con quien guste leer esta reflexión, porque seguro que en algunos momentos puede que esto no lo ocnsideremos, y nos centremos en lo negativo, en lo malo, y es bueno saber que los problemas nunca van a estar del todo ausentes, y siendo esto así, lo mejor es aprender a sobrellevar esto.