Asumir lo que me corresponde y soltar lo que no

Si decimos "soy responsable de mi vida", parece ser que en gran medida se asume como que me mantengo o, un poco más allá, soy responsable de mis actos, pero suele ser visto con matices, no con una visión total de lo que ese significa. El enfoque que @damarysvibra nos ha traído en el post Asumo y Pa’lante es pa’alla da una visión bastante completa de lo que esta palabra significa, y quiero hoy hablar de ello, porque me parece una reflexión necesaria.

Asumir totalmente la responsabilidad de nuestra vida no es cosa fácil, y no porque la vida esté difícil desde el punto de vista económico, que es en lo que muchos se basan, sino porque implica una constante instrospección, un análisis permanente de lo que estamos haciendo, de los resultados que obtenemos y de que si no salen las cosas como queremos, debemos ser conscientes que hubo una desición previa personal de asumir algo, pero no solo debemos asumir lo que hicimos sino los resultados.

Me explicaré mejor, porque hay cosas que han pasado en mi vida que al final me costó, pero debí asumirlo, porque debe ser así. Hace un tiempo quería hacer un emprendimiento digital, ofrecer consultas vía online, esto lo ibamos a hacer una amiga médico y yo, pero al final, a pesar de algunas reuniones de planificación, finalmente no iniciamos, no por mi falt ade disposición, sino porque la persona con quien lo iba a hacer siempre tenía una excusa para no empesar, y fue ahí que todo se fue dejando y no terminó de iniciar nunca ese proyecto.

Posteriormente, con la misma persona, me pasó que la iba a recomendar en un trabajo, y empezó con un que si no, que si dame un tiempo, que ando buscando en otro lado, y luego si estaba lista, y al final, decidí no continuar apoyándola en eso, porque me dí cuenta de que era de quienes quería opciones pero fáciles, con el mínimo esfuerzo, pero "ganar bien", y el mundo para la mayoría no es así, y cuando lo consiguen, es porque ya pasaron por un proceso previo para tener esa estabilidad.

Me generó molestias, porque dediqué tiempo, estaba pendiente, y al final, no se dió ni lo uno ni lo otro con ella. Pero ¿por qué me genera molestias?, me pregunté, el detalle ahí es que estaba responsabilizándome de algo que no me correspondía, la estabilidad de esa persona no me corresponde, estaba asumiendo algo que no era para mí.

Cambié cosas en mi a partir de eso, porque si bien es cierto que satisface poder ayudar, la realidad es que no podemos forzar a alguien a aceptar una ayuda, no es nuestra responsabilidad. Pero, el como me sentí después de esto, si es mi responsabilidad, eso si es algo que depende de mi, y viene dado en el como proceso la situación.

Es mi decisión si sigo enfrascado en eso de pretender que a alguien que no le interesa la propuesta la acepte, y además, de si no lo hace, sentirme mal por ello, incluso, si decido seguir dando la oportunidad a que esta persona, o cualquier otra, usen mi tiempo y energía sin considerarlo, también es mi responsabilidad, y eso implica priorizarme, ponerme por encima de esto, esto es responsabilidad, no es ego.

Al final, saber que mis decisiones no hacen daño a otros, pero tampoco deben hacérmelo a mi es algo que debo tener siempre presente, si otra persona adulta decide ir por el comino incorrecto (según nuestra percepción) esa es su responsabildiad, y no debemos sentirnos mál por eso, porque si a pesar de brindar una ayuda u orientación, aún así lo asume, debemos asumir nosotros que hicimos lo posible, pero no se pudo, y seguir, porque Pa’lante es pa’alla.